2/20/2011

El Gato

Es su cuerpo,
su estado etéreo,
sus leves ronquidos,
pausados y constantes.

El calor que emana
disipa mis miedos,
mis torrenciales confusiones,
y las heridas que llevo.


Su andrógina silueta
de salamandra,
fuego fatuo,
lo que me invita,
intimida y provoca.

Lo que me hace regresar,
después de vagar 
noches,
semanas,
ciclos lunares completos.



Me duermo en su pecho,
enredado
 en su negra cabellera,
bosque de sueños,
cobija
que me protege del mundo.

Le hablaré en mi lengua,
con mi lengua,
y mi vibrante insinuación,
mi diálogo secreto.

La arrullaré,
haciendo que sea mía,
mientras piensa que soy suyo,
pero se equivoca,
solo yo tengo el control.

Mire dentro
 de mis verdes ojos,
alucine,
dispóngase a ir a trabajar,
y sírvame un plato de leche.

Daniel Carrillo.