Los lepidópteros

  Hay veces que el corazón se ausenta

Y migra hacia otros climas más templados,

Se deja guiar por las estrellas

Cuando cáncer y acuario se conjuntan.

Pero que pasa si el ciclo es diferente,

Si la aurora boreal nos confunde

O simplemente el esmog nos ha contaminado

Y no vemos más allá de nuestras narices.

Y si solo somos lepidópteros

Buscando néctar dulce en los ocasos,

Frágiles y voladores vagabundos,

Que todo lo vemos tan inmenso.

Daniel Carrillo.

Fugitivo

Ese fiero e insondable azul que me carcome,

Frialdad de muerte y horizonte que nace,

Llama por las noches a mi puerta,

Lo hace todo tan difícil.

Trato de ignorarlo pero no puedo,

Es más fuerte que yo o el rojo de mi sangre,

Se incrusta en mis locuras más sinceras,

Fortifica mi soledad.

Pero me sigo escondiendo,

Con esta horrible sensación de ser siempre observado,

Aunque tal vez nadie repare en que aún existo,

Mi paranoia se acrecienta cada que mi corazón late.

Emprendo la fuga huyendo de mi mismo,

Para ver si aso logro volverme más fuerte,

O muero en el intento bajo mis propios engaños.

Ese fiero e insondable azul que me carcome,

Alas de mariposa que se queda a la distancia,

Me incita tercamente a recorrer los caminos,

Lo hace todo tan difícil.

Daniel Carrillo.

Icaro

Enciendo otro cigarro,

deseando con vehemencia 

que la nicotina y otras tantas suciedades

fluya por mi boca.

Boca, pulmones,

se filtra en mi sangre,

ordena a mi cerebro secretar endorfinas.

Libera las ataduras,

la cadena de silencios cae al suelo,

y como Absolem formo letras con el humo.

Flotan las letras,

grisáceas y mullidas como nubes,

buen material para un par de alas,

las pego a mi espalda con sombras y saliva.

¿Que diría mi padre si me observara?

Si viera a su buen muchacho jugar a ser Ícaro,

"no sueñes tanto" sería lo más probable.

Pero mis pies están cansados,

tanto asfalto me hastía,

los cadáveres me lloran.


Dejaré atrás lo que fue mi vida,

los resecos restos de tantas imposiciones,

el common sense empacado al vacío,
volaré como poema que se escapa de unos labios.

Daniel Carrillo.