Enciendo otro cigarro,
deseando con vehemencia
que la nicotina y otras tantas suciedades
fluya por mi boca.
Boca, pulmones,
se filtra en mi sangre,
ordena a mi cerebro secretar endorfinas.
Libera las ataduras,
la cadena de silencios cae al suelo,
y como Absolem formo letras con el humo.
Flotan las letras,
grisáceas y mullidas como nubes,
buen material para un par de alas,
las pego a mi espalda con sombras y saliva.
¿Que diría mi padre si me observara?
Si viera a su buen muchacho jugar a ser Ícaro,
"no sueñes tanto" sería lo más probable.
Pero mis pies están cansados,
tanto asfalto me hastía,
los cadáveres me lloran.
Dejaré atrás lo que fue mi vida,
Dejaré atrás lo que fue mi vida,
los resecos restos de tantas imposiciones,
el common sense empacado al vacío,
volaré como poema que se escapa de unos labios.
volaré como poema que se escapa de unos labios.
Daniel Carrillo.
Nunca deje de volar...
ResponderBorrarEl final, si se puede decir que es final, te eleva.
ResponderBorrarHermoso poema... Me resultó fascinante tu blog! La estética es increíble...
ResponderBorrarBesos.
Muchísimas gracias Gisela, no sabes cuanto aprecio tu comentario.
BorrarBesos y versos para ti.